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Cultivar tu huerto orgánico
¿Por qué cultivar tu huerto? La naturaleza todavía está a nuestro alrededor. Hemos olvidado que es una fuente de simple felicidad, que nos aleja del estrés y que ayuda a los niños a despertar a la vida. Compartir el descubrimiento de la naturaleza en familia significa también fortalecer los vínculos entre generaciones a través de observaciones, debates, investigaciones y proyectos. Los fracasos o los éxitos concluyen nuestras pruebas. A veces los fracasos son tan frustrantes que se abandonan los proyectos. Si aprendemos de nuestros errores, todavía tenemos que querer continuar el trabajo. Esta formación en jardinería le invita al éxito porque sólo presenta métodos que han demostrado su eficacia.
Planta de zapallito redondo
Más allá de la satisfacción personal que aporta, el huerto es también un medio para mantener una red social (discusiones, intercambios de semillas, frutas y verduras, por ejemplo). Cultivar no se puede improvisar porque es necesario un mínimo de conocimientos para obtener buenos resultados. Sin embargo, no es necesario ser ingeniero agrónomo para tener plantas sanas y productivas. En el pasado los métodos se transmitían por vía oral. Incluso existían “culturas locales” de jardinería.
Hoy contamos con ayuda online y podemos pasar horas frente a las pantallas escuchando consejos y soñando con hermosos jardines. Pero la diversidad de consejos, a veces contradictorios, desanima a menudo al aprendiz de jardinero.
Esta formación le proporcionará métodos sencillos que se adaptan a las condiciones de vida locales (clima y tipo de suelo). Por supuesto, también será necesario defender las plantas contra diversas plagas o enfermedades. En este caso, el medio de control propuesto será biológico. También tendrás que aprender a proteger los cultivos frente a posibles factores físicos: el calor excesivo, el viento y sobre todo la falta de agua.
Triunfar en tu huerto no es sólo poder contemplar las hermosas plantas que allí crecen, es sobre todo tener la alegría y el orgullo de cosechar tus verduras y frutas. También en este caso es necesario saber cuándo y cómo cosechar los tomates o las fresas. Es necesario un aprendizaje de los sentidos. Los colores, olores y consistencias son criterios clave y ajustables según las necesidades culinarias.
Finalmente, los productos de la huerta llegan a la cocina. No habrán sido rociados con productos químicos. Solamente habrás sido manejado por ti. No habrán sido transportados ni congelados. Habrán madurado de forma natural. No habrán sido expuestos ni manipulados en un mercado o en un supermercado.
Dispondrás de verduras sanas y limpias que habrán desarrollado de forma natural sus cualidades olfativas y gustativas. Si crees que el huerto no es para ti porque te vas de vacaciones todos los veranos, debes saber que siempre encontrarás vecinos o amigos que mantengan el huerto en tu ausencia a cambio de fruta o verdura fresca.

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